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Salud bucal
Tus labios pueden revelar enfermedades
15 de octubre 2020
Los labios definen la parte externa de la boca. Los seres humanos, por lo general, tienen dos: el superior y el inferior. Su función es facilitar la articulación y manipular los alimentos que llegan a la cavidad bucal. Los humanos son los únicos que tienen los labios permanentemente hacia afuera.

Definen la boca

Los labios definen la parte externa de la boca. Los seres humanos, por lo general, tienen dos: el superior y el inferior. Su función es facilitar la articulación y manipular los alimentos que llegan a la cavidad bucal. Los humanos son los únicos que tienen los labios permanentemente hacia afuera.

Los labios definen la parte externa de la boca. Los seres humanos, por lo general, tienen dos: el superior y el inferior. Su función es facilitar la articulación y manipular los alimentos que llegan a la cavidad bucal. Los humanos son los únicos que tienen los labios permanentemente hacia afuera.
Además de ser importantes para ingerir alimentos, los labios son fundamentales para hablar. Los labios son una de las dos áreas que la lingüística señala como puntos de articulación que, en la boca y la garganta, ayudan a bloquear el aire que sale de los pulmones.
Los labios son unas de las partes más sensibles de la piel. La parte del cerebro responsable de la detección del contacto se llama corteza somatosensorial y se encuentra en la parte superior del cerebro, en un área llamada circunvolución postcentral.
El estado normal de los labios es el rojo claro y deben verse relativamente humedecidos y brillantes. Las alteraciones en el color, la textura o la forma indican trastornos tanto del sistema digestivo como del organismo en general.
La queilitis angular (boqueras o perleche) son fisuras o grietas en las comisuras de los labios, muy dolorosas, que te impiden comer o beber líquidos. Aparecen cubiertas por una membrana blanquecina o amarillenta. Se producen por infección micótica , bacteriana, déficit de vitaminas, anemia, mala alimentación, prótesis dentales inadecuadas, inmunodepresión o defensas bajas, acumulación de saliva en las comisuras labiales o estrés.
Los labios están cubiertos por una piel muy delgada que se irrita y agrieta fácilmente. Si están secos, se ven pálidos y agrietados. Esa palidez puede deberse al frío, hipoglucemia o una disminución del número de glóbulos rojos que induce a la anemia. Es importante conocer si tienes otros síntomas que puedan indicar desde una avitaminosis, una deficiencia de ácido fólico o enfermedad primaria infecciosa.
Las llagas y el herpes tienen que ver con problemas del sistema inmune. El herpes labial es causado por un virus muy contagioso llamado herpes simple. El virus del herpes tipo 1 generalmente causa herpes orales o labiales, e infecta a más de la mitad de la población de Estados Unidos . Las llagas suelen ser dolorosas y desagradables y pueden durar una semana o más.
Los labios agrietados pueden hacer que la piel que los recubre se rompa, sangre y se pele. A veces son una señal indiscutible de enfermedades o condiciones subyacentes como deshidratación, deficiencia de vitaminas o problemas más graves, si son muy persistentes y no responden a los remedios caseros. Si el ungüento no ayuda, consulta con tu médico ya que puedes tener una condición más seria.
Evita la excesiva exposición al sol. No dejes de aplicarte un bálsamo para los labios o lápiz labial cuando salgas al exterior y el clima esté muy frío y seco. Trata de mantener húmedo el aire en el hogar. Usa un protector solar para los labios cuando el clima está soleado.
Toma mayor cantidad de líquido en los meses de invierno. Trata los labios cuarteados o agrietados con cera de abejas y vaselina (Vaseline). Consulte con el médico si presentas llagas que no sanan después de varias semanas.
Las comidas con mucha sal hacen desaparecer la humectación de tus labios. Es mejor moderar el consumo. También debes mantenerte hidratado y eso significa que debes tomar unos 8 vasos de agua para reponer los líquidos que necesitas.
Es recomendable que humedezcas los labios con un algodón con agua, dos veces al día. Evita refrescar tus labios con saliva porque en lugar de aliviar, reseca. Utiliza humectantes, pero no los que contengan mentol, porque producen irritación. Usa manteca de cacao y toma vitamina E, que actúa como regenerador celular.
Departamento de Medicina Familiar Facultad de Medicina, Universidad de Washington Biblioteca Nacional de Medicina Academia Americana de Pediatría Hospital de los Niños de Boston
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