La hipertensión es una enfermedad muy común en la actualidad, en los años recientes su diagnóstico y manejo ha sido centro de un cambio generacional de la salud hacia el esquema de la prevención. 

La hipertensión primaria se considera una enfermedad silenciosa, muchos de quienes la padecen no presentan síntomas.

Esto es importante porque la consecuencia del flujo de la sangre anormal por el aumento de la presión puede generar infartos cerebrales o cardiacos, se estima que una diferencia de 20 mm Hg (unidad con la que se mide la presión arterial) pueden aumentar al doble el riesgo de padecer un enfermedad cardiovascular. 

The World Health Organization reportó que en el año 2008 aproximadamente un 40% de la población mundial mayor a 25 años padecía hipertensión arterial, actualmente el diagnóstico oportuno y la intervención integral de la salud han permitido tener mejores opciones terapéuticas para el tratamiento de la hipertensión.

Se recomienda una revisión de al menos una vez cada dos años en personas sanas mayores de 20 años. 

La presión arterial se reporta con dos números diferentes y la unidad de medición por ejemplo 120/80 mm Hg. 

La primera cifra es llamada presión sistólica y se asocia al periodo de contracción cardiaca, la segunda cifra es la presión diastólica y está asociada a la relajación del corazón durante el proceso de bombeo. 

En las guías de práctica clínica emitidas por la American Heart Association el diagnóstico de hipertensión grado I se hace mediante dos o más mediciones en diferentes días que promedien más de 130 mm Hg de presión sistólica o más de 80 mm Hg de presión diastólica.

El manejo de la hipertensión como muchas otras enfermedades crónicas ha evolucionado en orientación a cada paciente acerca de los cambios del estilo de vida, como llevar una dieta saludable se ha reportado un descenso de hasta 10 mm de Hg, el ejercicio, la disminución del consumo de sal y la moderación del consumo de alcohol tienen un impacto similar en dichas cifras.  

Es importante siempre considerar que los fármacos son tan importantes como los cambios del estilo de vida en el manejo de la hipertensión y la intervención conjunta apoyada con el personal médico es esencial para manejar la hipertensión.