La caminata japonesa, también conocida como entrenamiento de caminata por intervalos (IWT, por sus siglas en inglés), es un ejercicio que consiste en alternar intervalos de caminata rápida y lenta para mejorar la salud cardiovascular y el estado físico general.
Se centra en la intensidad y la constancia en lugar de la cantidad de pasos.
La IWT sigue un patrón sencillo: caminar a paso ligero durante tres minutos, seguido de tres minutos de caminata suave. Este ciclo se repite durante unos 30 minutos, idealmente cuatro veces por semana.
Como parámetros para ver si se está haciendo bien esta rutina, la clave es que la caminata rápida sea lo suficientemente intensa para sentir que te cuesta hablar, mientras que la caminata suave te permita tener una conversación normal.
Para poder poner a prueba esto tal vez es mejor organizar estas caminatas con una amistad.
Es ideal llevar a cabo estos paseos con un cronómetro para poder respetar bien los diferentes tiempos y ritmos de la caminata japonesa. Pero, es importante reconocer que la consistencia es la clave para que esta rutina sea exitosa: no se basa en metas numéricas, por ejemplo 10.000 pasos al día, sino en persistir en una conducta positiva para beneficio de tu organismo.
Esta forma de caminar, basada en la ciencia, fue desarrollada dos décadas atrás por los profesores
Hiroshi Nose y Shizue Masuki de la Shinshu University en Matsumoto, Japón. Desde entonces, numerosos estudios han confirmado la eficacia de esta forma de ejercicio que, como bien indica
un estudio realizado por investigadores ingleses y australianos, es sencillo de llevar a cabo para una población cada vez más sedentaria para la cual sería muy difícil mantener una rutina solo basada en movimientos de alta intensidad.
La caminata japonesa ha demostrado ser una buena elección a toda edad, incluso
es beneficiosa para los adultos mayores.
Un
estudio que comparó una rutina de 8.000 pasos al día con la caminata japonesa halló que esta última lograba una notable reducción, incuso mayor, de la presión arterial. Y otro comprobó que
esta rutina protegía a las personas mayores de la pérdida de fortaleza relacionada con el envejecimiento.
Entre los beneficios, comprobados por la ciencia, de la caminata japonesa se encuentran:
Mejora la presión arterial
Por ende, la salud cardiovascular
Ayuda a mejorar la capacidad aeróbica y a reducir el riesgo de accidentes cerebrovascular
Puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre, especialmente después de comer
Fortalece el sistema immune
Mejora el humor, y ayuda a dormir bien
Expertos dicen que también ahorra tiempo ya que en comparación con la caminata tradicional, la caminata japonesa puede ofrecer resultados similares o mejores en menos tiempo.
Por supuesto, el éxito de este ejercicio es hacerlo bien, la alternancia de ritmo en los pasos es clave.
Y, tal vez lo más relevante, no necesita una membresía en un gimnasio o costosos entrenamientos: literalmente puede hacerse en cualquier parte, incluso en una cinta en casa.
Fuentes consultadas: estudios científicos, Clínica Mayo.