Las células del cuerpo humano hablan a través de sus cambios, cuando modifican su material genético, cuando disminuyen o crecen desmesuradamente. Estas alteraciones se perciben a través de los tejidos que conforman las células, y la mamografía puede detectarlas.
Las mamografías se utilizan como
prueba de detección en mujeres asintomáticas. También en aquellas con síntomas que podrían deberse a un cáncer.
Realizarse una mamografía anual es una de las varias acciones que una mujer puede tomar, para tener el control de su cuerpo y sus decisiones médicas. Esa visita médica para tener la primera orden de la “mamo” en sus manos refleja su deseo de cuidar su salud y especialmente de prevenir.
Se trata de un procedimiento rápido y no invasivo. La radióloga coloca un seno a la vez entre dos placas que lo aplastan para que se aplane, y toma la radiografía. La presión que se ejerce sobre el seno es un poco molesta, tal vez algo dolorosa, pero realmente dura unos pocos segundos.
Sociedades médicas de Estados Unidos e internacionales apoyan que esta prueba de detección
comience a realizarse a partir de los 40 años, anualmente, en aquellas mujeres sanas sin antecedentes de cáncer de mama.
En otros casos en los que existen antecedentes familiares o
mutaciones de genes que aumentan el riesgo de desarrollar este cáncer, se debe conversar con el médico sobre la mejor estrategia a seguir.
Esta radiografía de baja dosis puede:
Detectar el cáncer de mama en sus primeras etapas, cuando aún es pequeño.
En ocasiones, puede detectar el cáncer de mama incluso antes de palpar un bulto.
Muchas veces pueden mostrar áreas anormales en la mama. No pueden determinar con certeza si una zona anormal es cáncer, pero pueden ayudar a los profesionales de salud a decidir si se necesitan más pruebas (como una biopsia de mama).
Cuando el cáncer de mama se detecta en sus primeras etapas, suele ser más fácil de tratar, e incluso de superar y que la paciente pueda convertirse en una superviviente del cáncer.
Los principales tipos de cambios mamarios que se pueden detectar en una mamografía son:
Calcificaciones
Masas
Asimetrías
Distorsiones
Las mamografías de detección pueden detectar cánceres y casos de
carcinoma ductal in situ (un tumor no invasivo en el que se acumulan células anormales que pueden volverse cancerosas en el revestimiento de los conductos mamarios) que requieren tratamiento. Sin embargo, también pueden detectar casos de cánceres mucho más pequeños que nunca causarían síntomas ni pondrían en peligro la vida de la mujer.
Este fenómeno se denomina "sobrediagnóstico". Lo que puede llevar a un "sobretratamiento". Por eso es muy importante discutir con el médico especialista los resultados de las mamografías.
Aunque las mamografías exponen al organismo a un poco de radiación, los beneficios de realizarla superan los riesgos mínimos de esa exposición. Este nivel de radiación es similar al que están expuestas las personas normalmente por las propias sustancias del medio ambiente.
Fuentes consultadas: Asociación Americana del Cáncer, Breastcancer.org, Instituto Nacional del Cáncer.