La frecuencia cardíaca, es decir, el número de veces que el corazón late por minuto, es un indicador simple pero muy útil del estado de salud cardiovascular. Conocer cuál es tu rango normal y cómo responde tu corazón en diferentes situaciones puede ayudarte a detectar problemas de forma temprana y a medir tu
estado físico.
Cómo medir la frecuencia cardíaca
Esto es muy sencillo, simplemente debes colocar el dedo índice y mayor en el cuello al lado de la tráquea. Para tomarte el pulso en la muñeca, coloca dos dedos entre el hueso y el tendón sobre la arteria radial, que se encuentra en el lado del pulgar de la muñeca.
Cuando sientas el pulso, cuenta el número de latidos en 15 segundos. Luego multiplica ese número por cuatro para calcular tus latidos por minuto.
En reposo
En adultos, la frecuencia cardíaca en reposo suele oscilar entre 60 y 100 latidos por minuto. Dentro de ese rango, un valor más bajo suele asociarse con un corazón más eficiente y con un buen estado físico. Por ejemplo, atletas de resistencia pueden presentar valores cercanos a 40 latidos por minuto sin que esto sea un problema de salud.
Durante el ejercicio o actividad física
Cuando hacemos ejercicio, el corazón acelera para llevar más oxígeno a los músculos. Para tener una referencia, se suele calcular la frecuencia cardíaca máxima con la fórmula: 220 menos la edad. Por ejemplo, a los 40 años sería de unas 180 pulsaciones por minuto.
No es necesario alcanzar ese límite: lo recomendable es entrenar en un rango seguro, entre 50 y el 85% de tu máximo, según la intensidad. Esto significa que una persona de 40 años debería moverse entre 90 y 150 latidos por minuto durante la actividad, lo suficiente para mejorar la resistencia sin forzar al corazón.
Recuperación
La frecuencia de recuperación es la velocidad con la que el corazón vuelve a sus valores normales después del ejercicio. Una reducción de 12 latidos o más en el primer minuto tras detener la actividad se considera un signo de buena salud cardiovascular.
En cambio, una recuperación lenta puede indicar falta de condición física o incluso riesgo cardiovascular, por lo que merecería ser consultada con un médico.
Factores que influyen en el ritmo cardíaco
Los parámetros anteriores son generales, pero debes tener en cuenta que muchos factores pueden influir en la frecuencia cardíaca:
Edad
Niveles de actividad o estado físico
Ser fumador
Tener enfermedades, como
hipercolesterolemia o
diabetesTemperatura del aire
Posición del cuerpo (estar de pie o acostado)
Estado de ánimo (tranquilo, asustado, enojado)
Tamaño del cuerpo
Tomar cierto medicamentos (betabloqueantes, broncodilatadores, hormonas tiroideas)
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque existe un rango amplio de normalidad, conviene estar atentos. Busca atención médica si tu frecuencia cardíaca en reposo supera de manera persistente los 100 latidos por minuto (taquicardia), o si se mantiene por debajo de 60 latidos por minuto sin ser atleta entrenado (bradicardia), especialmente si se acompaña de otros síntomas como:
Dolor u opresión en el pecho
Palpitaciones intensas o irregulares
Cansancio o debilidad inusual
Confusión o dificultad para concentrarte
Sudoración excesiva sin causa aparente
Mareos
Desmayos
Falta de aire
Este artículo fue producido por Tomás Vicente, periodista especializado en Salud.
Fuentes consultadas: Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), Organización Panamericana de la Salud (OPS).