Cáncer de próstata:

Cómo protegerse de los mitos y mentiras

4 dic. 2020

Cáncer de próstata: cómo protegerse de los mitos y mentiras

Tiempo de lectura: 11 minutos, 16 segundos

El cáncer de próstata es un enemigo silencioso y muy peligroso. En Estados Unidos, solo es superado en incidencia por el cáncer de mama y de pulmón. En América Latina, es el cáncer más frecuente. Pese a estar tan extendido, es muy poco conocido y está rodeado de mitos e informaciones incorrectas.

Millones de personas sufren cada año cáncer de próstata. Es uno de los tumores más habituales, un gran enemigo de la salud, peligroso, muy escurridizo y sigiloso. A menudo se tarda mucho tiempo en reconocer sus efectos y en detectar su presencia, lo que acaba por agravar los síntomas.

Este retraso se debe muchas veces a la desinformación, los rumores, las falsedades y los mitos que rodean a esta enfermedad.

¿Qué es el cáncer de próstata?

La próstata es una glándula que solo tienen los varones. Se encuentra situada debajo de la vejiga urinaria y sirve, entre otras cosas, para producir parte del líquido que conforma el semen. Con la edad, la próstata suele crecer, produciendo trastornos como la prostatitis. Además, a menudo es objeto de tumoraciones o cánceres bastante peligrosos: en Estados Unidos, se considera que es el tercer cáncer más frecuente, después del cáncer de mama y del cáncer de pulmón. En 2019, la Sociedad Americana del Cáncer estimaba que se producirían más de 174.000 casos, con unas 31.620 muertes. Este volumen anual significa que uno de cada nueve hombres de Estados Unidos será diagnosticado de esta enfermedad a lo largo de su vida.

En América Latina, el cáncer de próstata es todavía más dañino. Es tan frecuente en la región como los de pulmón o mama y causa decenas de miles de muertes cada año, especialmente por la baja capacidad de detección de los países latinoamericanos.

Como todos los tipos de cáncer, el de próstata se produce por una mutación en las células. En un momento dado, de forma espontánea o provocada por algún condicionante de tipo ambiental o hereditario, las células cometen un error al reproducirse y empiezan a crecer sin control.

El cáncer de próstata causa dolor, dificultad para orinar, disfunción eréctil, sangre en la orina o el semen, dolores de espalda, caderas o muslos y otros síntomas graves, pudiendo, además, producir metástasis en órganos vitales, sobre todo ganglios linfáticos y huesos.

Doctor reviewing x-ray scan of lungs

Habitualmente, los tumores de próstata se dan más en personas mayores de 50 años y se considera que los factores que más influyen para que se produzca son la dieta y la predisposición genética.  

Muchos hombres que desarrollan la enfermedad nunca llegan a notar los síntomas y no se someten nunca a un tratamiento. Otros, incluso notando síntomas, no siguen una terapia adecuada por falta de información o porque tienen ideas preconcebidas completamente erróneas.

Mitos y verdades sobre el cáncer de próstata

En torno al cáncer de próstata circula una multitud de rumores, leyendas y mitos que contribuyen a desinformar a los posibles pacientes y retrasar la consulta médica y el tratamiento. Estas son algunas de las ideas equivocadas y peligrosas:

  1. El cáncer de próstata es una enfermedad de hombres viejos. No es cierto. Un 35 por ciento de los casos anuales se dan en varones menores de 65 años.
  2. Si no hay síntomas no hay cáncer. El de próstata es uno de los tumores más asintomáticos que existen. A menudo no se manifiesta de ninguna forma o sus síntomas son atribuidos a otra causa. Las señales más habituales son las urinarias (dificultad para orinar o dejar de hacerlo, dolores, etc) y es frecuente que se puedan asociar a otros trastornos, con lo que muchas veces el tumor de próstata pasa inadvertido.
  3. Es un cáncer lento, no es peligroso. Esto es así solo en ciertos tipos de cáncer de próstata. En realidad, hay una treintena de tipos de tumor prostático, algunos de los cuales son muy agresivos y crecen a gran velocidad. Solo una biopsia y el posterior análisis de los tejidos puede determinar qué tipo es y cómo se debe tratar.
  4. Es un cáncer hereditario. No es totalmente correcto. Muchas personas piensan que no padecerán un tumor de próstata porque en su familia no hay casos. Es cierto que una persona con antecedentes familiares cercanos (padre o hermanos) tiene el doble de probabilidades de contraer la enfermedad, pero asimismo en una gran cantidad de casos el cáncer aparece sin que existan antecedentes en la familia.
  5. Un PSA es síntoma de tener cáncer. Una de las pruebas habituales en hombres mayores de 45 años es la de PSA, siglas de antígeno prostático específico. Se trata de buscar en análisis de sangre la presencia de una concentración alta de este antígeno, lo que podría señalar problemas con la próstata, pero eso no es necesariamente un síntoma de cáncer.
  6. El tratamiento genera impotencia. No siempre. Muchos hombres sometidos a cirugía para eliminar tumores de próstata sufren disfunción eréctil, pero la gran mayoría de ellos recupera la normalidad con el tiempo y en un plazo de dos años puede tener relaciones sexuales plenas.
  7. Una próstata hinchada significa cáncer. No siempre. Los varones sufren frecuentemente inflamaciones de próstata por diferentes motivos. Por ejemplo, la hiperplasia prostática benigna, conocida también como hipertrofia prostática, produce notables hinchazones que no tienen nada que ver con el cáncer. En todo caso, una inflamación de próstata siempre debe ser analizada por los médicos.
  8. Eyacular frecuentemente reduce el riesgo. Sin confirmar. Una de las ideas más extendidas sobre el cáncer de próstata es la que dice que eyacular al menos 21 veces al mes reduce el riesgo de sufrir la enfermedad. Los especialistas no se ponen de acuerdo y hay estudios que niegan cualquier relación entre la eyaculación y la reducción del riesgo de sufrir un tumor.
  9. La vasectomía incrementa la posibilidad de sufrir cáncer. Es otro mito. No hay ninguna prueba que relacione esta intervención para esterilizar al paciente con el riesgo de padecer un cáncer en la próstata.

Todas estas ideas circulan frecuentemente en la conversación en torno a una enfermedad tan seria. Por lo tanto, es necesario saber cuál es la verdad detrás de estas leyendas.

¿Se puede prevenir el cáncer de próstata?

No existe una forma segura de prevenir el cáncer de próstata, dicen los especialistas. Muchos de los factores de riesgo, como la edad, la raza y los antecedentes familiares, no se pueden controlar. Pero hay algunas cosas que las personas pueden hacer para reducir el riesgo.

  • Dejar de fumar. El tabaco es un factor de riesgo importante. Las personas que dejan de fumar reducen notablemente su predisposición a esta enfermedad y se calcula que las que llevan sin fumar 10 años tienen tan pocas posibilidades de sufrir cáncer de próstata como aquellas que nunca fumaron.
  • Ejercicio y bajar de peso. El exceso de peso y la vida sedentaria son aliados bien conocidos de los tumores prostáticos. Actividades como nadar, caminar, correr o montar en bici son perfectas para mantener un estilo de vida activo, perder peso y limitar las posibilidades de sufrir uno de estos cánceres.

 

  • Cuidar lo que se come. La ciencia tiene claro que la dieta es uno de los factores decisivos en la predisposición a sufrir un tumor en la próstata. Dietas desequilibradas, ricas en grasas poco sanas y bajas en vitaminas parecen estar vinculadas con la aparición de la enfermedad. Se recomienda el consumo de vegetales, en especial tomates y otros frutos rojos, frutas, al igual que productos ricos en isoflavonas, como el tofu (elaborado con leche de soja), las lentejas, el maní o los brotes de alfalfa y otros germinados.
    • La elección de las grasas también importa. La recomendación es consumir grasas de origen vegetal y alimentos ricos en ácidos como el Omega-3, al menos dos raciones semanales de pescado (unas 3.5 onzas o 100 gramos) de salmón, caballa, trucha o sardinas, por ejemplo.
    • También es aconsejable el ácido fólico, presente en los cereales integrales y en los vegetales de hoja verde oscuro como las espinacas, los espárragos verdes, el brócoli, las acelgas o la lechuga. Por el contrario, es importante reducir el consumo de lácteos o de alimentos ricos en calcio, como el queso.
    • Por último, los expertos recomiendan el café: se ha demostrado que un consumo alto de cafeína reduce riesgos ante el cáncer de próstata. Sin embargo, un exceso de cafeína puede tener otros efectos, como alteraciones del sueño o en el ritmo cardiaco.
  • Acudir a las revisiones. A partir de los 45 a 50 años, los hombres deben acudir periódicamente a la consulta médica y pedir una revisión. Dado que muchos tumores de próstata son asintomáticos, solo se pueden detectar si se buscan expresamente.

Los riesgos de tomar hierbas y suplementos

Es posible que los tratamientos establecidos no siempre sean particularmente efectivos y que una persona desee probar otros métodos más naturales, como hierbas y suplementos. Algunos estudios han sugerido que las hierbas y los suplementos podrían ayudar con el tratamiento y el apoyo del cáncer de próstata. Pero existe la preocupación de que puedan interactuar con los medicamentos recetados. Por ejemplo, pueden mejorar los efectos de algunos medicamentos o anular cualquier beneficio.

Una de las interacciones más comunes involucra la hierba de San Juan, que se toma para la depresión leve, que afecta la forma en que el hígado metaboliza ciertos medicamentos.  Otras hierbas, como la palma enana americana (saw palmetto), y los suplementos de melatonina, que algunos toman con la esperanza de que ralentice la progresión del cáncer, pueden aumentar el riesgo de sangrado cuando se toman con otros medicamentos como aspirina, ibuprofeno, naproxeno, anticoagulantes o medicamentos antiplaquetarios.

Uno de los estudios más publicitados sobre suplementos y cáncer de próstata es el estudio SELECT (Selenio y vitamina E, ensayo de prevención del cáncer de próstata), que exploró el uso de suplementos de vitamina E y selenio.

liquid gel pill held between two fingers

Sin embargo, en 2014, los investigadores encontraron que altas dosis de vitamina E (400 unidades internacionales por día) o selenio (200 microgramos por día) no solo no mostraron ningún beneficio entre los hombres con riesgo de cáncer de próstata, sino que en ciertos casos aumentaron el riesgo de cáncer de próstata de alto grado en un 91% después de tomar los suplementos de selenio. Además, la suplementación con vitamina E aumentó el riesgo total de cáncer de próstata en un 63%.

Las hierbas y los suplementos no hacen milagros y, si bien pueden beneficiar a algunos hombres con enfermedades de la próstata, siempre se debe consultar con el médico sobre si pueden complementar el tratamiento, manejo y prevención.

¿Cómo se detecta y trata el cáncer de próstata?

Las visitas al médico son una de las formas de detección del cáncer de próstata más frecuentes. Los profesionales de la salud practican exploraciones rutinarias del aparato urinario y en ellas pueden aparecer tumores en fases iniciales o ya avanzados, pero asintomáticos.

En los casos en que haya síntomas (dolores, inflamación, sangre en orina o semen, dificultad para orina), los médicos practicarán una serie de pruebas entre las que son habituales los tactos rectales, los análisis de sangre y orina, las biopsias y los PSA. A estos se han sumado recientemente las pruebas APCP-2, o test de antígenos prostáticos específicos.

Elderly man getting  routine check-up at the doctor's office with a doctor listening to his heart and lungs with stethoscope

A partir de ahí, se pueden hacer pruebas de imágenes (ecografías y otros métodos de exploración) y contrastes, y son habituales también los exámenes genéticos, para identificar predisposición genética a sufrir esta enfermedad.

Una vez diagnosticado el tumor, empiezan los tratamientos, que pueden ser de muchos tipos en función del tipo de cáncer, su estadio y su agresividad. A menudo, si el tumor es muy lento en su crecimiento, se recomienda simplemente vigilarlo y esperar, sin intervenir. Suele ser la forma de abordarlo en varones de edades ya muy avanzadas. Otra forma de atacarlo es la cirugía: practicar una prostatectomía (extracción de la próstata).

Hoy en día, esta operación se realiza de forma muy poco invasiva, a través de laparoscopia, e incluso con robots cirujanos. Como en otros tumores, se utilizan técnicas de radioterapia y quimioterapia.

Otras técnicas son el bloqueo hormonal, que busca reducir los niveles de testosterona y otras hormonas masculinas, lo que suele hacer que el cáncer crezca más lentamente.  También se están probando técnicas innovadoras basadas en la inmunoterapia, que proponen estimular el sistema inmunitario del paciente para que se defienda mejor frente a las células cancerígenas.

En definitiva, el cáncer de próstata es un problema importante que afectará la vida de una buena parte de los varones. Conocerlo a fondo, saber reconocer sus síntomas y evitar la desinformación y los mitos, resulta básico para mejorar las posibilidades de superarlo.

Fuentes: American Cancer Society, “Cancer, Facts and Figures”; “Common questions about cancer, activity, and diet”; Immunotherapy for Prostate CancerJAMA Network, “Vitamin E and the Risk of Prostate Cancer: The Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial (SELECT)Organización Panamericana de la Salud (OPS), “EL cancer en las Américas”Harvard Medical School, “Prostate Cancer”MedlinePlus, “La prueba de PSA”National Cancer Institute, Folic acid and risk of prostate cancer: Results from a randomized clinical trial

 

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