Como medicamentos para la diabetes se usan para bajar de peso

5 abr. 2023

¿Se deben recetar medicamentos para la diabetes para bajar de peso?

Tiempo de lectura: 3 minutos

La obesidad es una enfermedad compleja y con múltiples complicaciones, que ocurre cuando el peso de un individuo es superior a lo que se considera saludable para su estatura. Muchos factores pueden contribuir al aumento excesivo de peso, incluidos los patrones de alimentación y los niveles de actividad física. Las circunstancias en que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, la genética y tomar ciertos medicamentos también juegan un rol. 

En las últimas décadas, las tasas de obesidad se han disparado dramáticamente, y ya no es solo una enfermedad de adultos, sino que se presenta en la infancia, convirtiéndose en factor de riesgo de aparición temprana de afecciones como la diabetes y el colesterol alto, entre otros impactos como el social y el económico. 

Esto la ha vuelto un problema de salud pública mundial. La World Obesity Federation predice que mil millones de personas, una en cada 5 mujeres y uno en cada 7 hombres vivirá con obesidad en 2030. Las mayores tasas de obesidad se concentran en los países de medianos y bajos ingresos. 

En los Estados Unidos, la prevalencia de la obesidad entre adultos ha aumentado de 30.5% a 41.9% en las últimas dos décadas. Y la tasa de obesidad severa ha aumentado de 4.7% a 9.2% en el mismo período. En la comunidad hispana que vive en el país, el casi el 45% tiene obesidad y las mujeres son las más afectadas. 

En Latinoamérica, el 24% de la población, unas 105 millones de personas, tiene obesidad, siendo los países de la región con tasas más altas en México y Chile (69%, 64% y 63% respectivamente). Las mujeres conforman el grupo más afectado, con tasas un 10% más altas que en hombres 

Al ritmo del aumento de este problema han aparecido decenas de opciones conductistas y farmacológicas, válidas o no, para solucionarlo. Dos de las más recientes son inyecciones originalmente desarrolladas no para la pérdida de peso sino para enfrentar un diagnóstico de diabetes. 

Se trata de los medicamentos Ozempic y Mounjaro, que han llegado con sólidas bases científicas pero con opiniones contrapuestas. 

Ozempic es un medicamento inyectable semanal para adultos con diabetes tipo 2 que, junto con dieta y ejercicio, baja el nivel de azúcar en sangre, además de reducir el riesgo de eventos cardiovasculares serios, como ataque cardíaco o cerebral, o la muerte en adultos con afecciones del corazón diagnosticadas. Este fármaco ayuda al páncreas a producir más insulina cuando el nivel de azúcar en sangre es alto. 

Por un camino químico distinto, el medicamento Mounjaro logra el mismo objetivo que Ozempic: reducir el azúcar en la sangre en adultos con diabetes tipo 2. Como Ozempic, se administra como un inyectable semanal. 

Ambos medicamentos comparten también un beneficio extra, ayudan a perder peso y a reducir la cantidad de alimentos que una persona consume, y por esa razón se consideran parte de una nueva generación de terapias que algunos expertos llaman un hito médico. 

Ozempic y Mounjaro para la obesidad

Aunque se trata de una droga que no está etiquetada específicamente para perder peso, estudios científicos comprobaron que la semaglutida, el compuesto activo de Ozempic, lograba reducir el peso en personas con sobrepeso y obesidad. 

Por lo general, el peso de una persona se considera saludable si su índice de masa corporal (IMC) está entre 18 y 24,9; entre 25 y 30, tiene sobrepeso, y por encima de 30 sufre de obesidad. 

 

 

En participantes de un ensayo clínico con 1,961 adultos con sobrepeso u obesidad, la administración de 2,4 mg de semaglutida una vez a la semana, más una intervención en el estilo de vida, se asoció con una reducción sostenida y clínicamente relevante del peso corporal. 

Frente a la evidencia científica, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó en 2021 la semaglutida de manera independiente para pérdida de peso bajo el nombre comercial Wegovy, que provee una dosis más alta del compuesto activo. 

 

¿De qué manera funciona la semaglutida?

Como un agonista receptor de GLP-1 (un medicamento a base de insulina), se cree que la semaglutida impacta en los centros del hambre en el cerebro, específicamente en el hipotálamo: 

  • Reduciendo el apetito y los antojos vinculados a los alimentos; 
  • Disminuyendo la velocidad con la que el estómago se vacía, prolongando la sensación de saciedad luego de una comida;  
  • Reduciendo las porciones de alimentos. 

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En el caso de Ozempic, alrededor del 85% de los pacientes con diabetes tipo 2 también tienen sobrepeso concurrente. Por lo tanto, estos pacientes podrían obtener un doble beneficio para el tratamiento de su diabetes y sobrepeso con esta medicación. 

Mounjaro tiene una dinámica de funcionamiento similar a Ozempic, utilizando otro principio activo, la tirzepatida (un péptido, es decir una molécula de aminoácidos), que también demostró en ensayos clínicos su eficacia para reducir el peso corporal, hasta en un 20,9%. 

En el caso de Mounjaro, un ensayo clínico con 2,539 adultos con un índice de masa corporal de 30 o más, el número que define la obesidad, demostró que una dosis semanal de tirzepatide lograba una reducción significativa y consistente de peso. También se obtuvieron mejoras en las medidas cardiometabólicas al recibir dosis de este medicamento. 

Sin embargo, tanto Ozempic como Mounjaro tienen limitaciones sobre quiénes pueden utilizarlos. 

Las dos drogas incluyen una advertencia importante sobre el riesgo de desarrollar tumores de la glándula tiroidea. Otros efectos secundarios pueden incluir náusea, inflamación del páncreas (pancreatitis), problemas de la vesícula biliar (incluidos los cálculos biliares), bajos niveles de azúcar en la sangre, lesión renal aguda, retinopatía diabética (daño en la retina del ojo), o aumento del ritmo cardíaco. 

Estos riesgos potenciales deben discutirse con el proveedor de atención médica para tomar decisiones informadas en base a los costos y beneficios de estos medicamentos, tanto para el tratamiento de la diabetes como para reducir el peso. 

Vale la pena recordar que no hay medicinas milagrosas, sino un conjunto de terapias y hábitos de vida que pueden hacer la diferencia entre la salud y la enfermedad. 

Recuerde, siempre consulte con su médico u otro profesional de la salud calificado para determinar las mejores opciones para su cuerpo y salud, y para responder a cualquier pregunta que pueda tener con respecto a cualquier asunto médico.

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