10 dic. 2021
Salud de los ojos y diabetes ¿cuál es el vínculo?
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No es común que las personas relacionen automáticamente el azúcar con la vista, excepto en frases populares tales como “tiene una mirada dulce”. Sin embargo, el vínculo entre el azúcar y los ojos es profundo, químico, físico y real. De hecho, algunos cambios sutiles en la visión pueden significar que algo no está funcionando muy bien con el azúcar en el organismo. A estas señales se les debe prestar atención para prevenir que la palabra prediabetes, o diabetes, invada sin aviso el vocabulario.
Muchas veces se adjudica la visión borrosa al cansancio, a un dolor de cabeza o al estrés. O al hecho de estar horas frente a una computadora. Pero tener dificultad para enfocar, o esa especie de hebras o hilos que aparecen de la nada en el campo visual, pueden significar muchas otras cosas, entre ellas, una alerta inicial de que hay que tener cuidado con el azúcar.
Ojos, ¿espejo del azúcar en la sangre?
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta cómo el cuerpo transforma los alimentos en energía. Es la conclusión de una compleja interacción de factores que abarcan componentes medioambientales y genéticos. Aunque la historia médica y personal por la cual una persona enfrenta la diabetes es individual y única, todos tienen en común la forma en que el azúcar funciona en el organismo.
Gran parte de los alimentos que una persona come se transforman en azúcar (también llamada glucosa) que se libera en el torrente sanguíneo, para viajar a órganos que la necesitan para realizar funciones biológicas diversas que, en definitiva, tienen que ver con funcionar bien cada día.
En el centro de esta dinámica está la insulina, una hormona que produce el páncreas y que ayuda a transformar la glucosa en energía.
Hay tres tipos de diabetes, la diabetes tipo 1, por la cual una reacción autoimmune previene que el cuerpo produzca insulina, la diabetes tipo 2, en la cual el cuerpo no usa la insulina adecuadamente y no puede mantener el azúcar en la sangre a niveles normales; y la diabetes gestacional, que se desarrolla durante el embarazo, en mujeres que nunca han tenido la afección.
Además está la prediabetes, una afección grave en la que los niveles de azúcar en sangre son más altos de lo normal, pero no llegan a superar un número a partir del cual se diagnostica diabetes. Solo en los Estados Unidos, 88 millones de adultos (más de uno en cada 3) tiene prediabetes. En Latinoamérica son 84.1 millones.
El momento en que se diagnostica prediabetes es clave porque esta afección aumenta el riesgo de diabetes. Un período en el cual se pueden tomar acciones concretas para evitar tener diabetes, e incluso revertir el proceso de la prediabetes. Sin embargo, el 80% de las personas no sabe que tiene prediabetes, en parte porque no presta atención a síntomas como las alteraciones visuales. En especial, la visión borrosa.
¿Cómo llega a afectar el nivel de azúcar en sangre a la vista? Cuando el cuerpo no produce insulina o no puede usar la insulina de manera normal, empieza a acumular glucosa en el torrente sanguíneo, afectando los vasos sanguíneos a todo nivel, desde los de la sangre en el corazón hasta los de la sangre en los ojos. Por supuesto esto es directamente proporcional al diagnóstico y el manejo de la afección.
Es decir que la señal de la visión borrosa puede ser parte de un antes y un después en el diagnóstico y manejo de la diabetes. O, también, una de las consecuencias de una diabetes que no está bajo control.
Se puede decir que la visión borrosa es el primer escalón hacia afecciones de la vista más complejas, si la afección subyacente permanece sin tratamiento.
Con el paso del tiempo, el azúcar alto en sangre puede dañar los milimétricos vasos sanguíneos de la retina, la parte de atrás del ojo que es sensible a la luz, de hecho la que transforma la luz y las imágenes que entran en el ojo en señales nerviosas que son enviadas al cerebro. Este daño consistente que ocurre a lo largo del tiempo puede llevar a que la parte de la retina llamada mácula se inflame, lo que genera como una mini explosion de vasos sanguíneos que provoca pequeños sangrados internos. Esto causa la visión borrosa.
Se la llama en la jerga médica enfermedad ocular diabética o retinopatía diabética.
Afecciones de la vista y nivel de azúcar
La principal afección de la vista relacionada con la diabetes es la retinopatía diabética y es la que, si no se trata lo que la causa, es decir el nivel de azúcar en sangre alto, puede llevar a la disminución de la visión y hasta ceguera. Puede presentarse especialmente si la persona:
- Ha tenido diabetes por largo tiempo o no sabe que tiene la afección
- El azúcar en sangre, o glucosa, no ha estado bien controlada
- Tiene hipertensión o colesterol alto, o ambas afecciones, las que también impactan en los vasos sanguíneos
- Es fumadora
Aunque la retinopatía diabética es la principal afección de la vista vinculada a la diabetes, porque es uno de sus principales síntomas, otras pueden manifestarse más fácilmente en personas que viven con diabetes, entre ellas:
- Cataratas, que es la opacidad del cristalino, la parte transparente del ojo detrás del iris, que ayuda a enfocar la luz sobre la retina.
- Glaucoma, el aumento de la presión en el ojo que puede causar ceguera. La presión en el ojo daña el nervio óptico.
- Desprendimiento de retina, que ocurre cuando una perforación o desgarro en la retina permite que se filtren los líquidos del ojo y hace que parte de la retina se separe del globo ocular.
Todas son afecciones graves e incapacitantes, que impactan severamente en la calidad de vida.
Prestarle atención a la vista
El cuidado de los síntomas visuales de la diabetes, y de las enfermedades de la vista que se desarrollan a causa de la diabetes, es parte de un desafío mayor que, en toda la región de las Américas está relacionado con el acceso al diagnóstico, tratamiento y manejo de la diabetes.
El desconocimiento sobre el estado de diabetes pone a millones de personas en riesgo no solo de sufrir las consecuencias de esta afección, sino también de enfrentar enfermedades visuales graves vinculadas al nivel de azúcar en sangre. Estas millones de personas que no saben que están viviendo con diabetes sufrirán un impacto muchas veces irremediable en su calidad visual, a lo cual se suma la tensión económica que esta y otras afecciones crónicas, prevenibles en muchos casos con cambios en los estilos de vida, ponen en los sistemas de salud, que enfrentan costos astronómicos por la atención de la diabetes y sus consecuencias médicas.
