Suplementos dietéticos: qué hay detrás de las promesas

14 jul. 2021

Suplementos dietéticos: qué hay detrás de las promesas

Tiempo de lectura: 7 minutos

El uso de suplementos dietéticos sigue ganando popularidad en todo el mundo, pese a que el consumo la mayoría de las veces no cuenta con supervisión médica y los productos no están regulados por entidades de salud pública.

Autoridades y especialistas de la salud advierten con frecuencia sobre los problemas que el consumo prolongado de estos productos herbales, minerales o multivitamínicos puede causar, debido a que su eficacia y beneficios no están probados mediante estudios clínicos amplios. Además, pueden interactuar con medicamentos recetados o ser adulterados con otros ingredientes que pueden poner en riesgo la salud. Pero las advertencias no consiguen alterar la tendencia del mercado.

En Estados Unidos donde más del 60% de los adultos consumen algún suplemento dietético, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el mercado de suplementos se estima en más de 46 mil millones de dólares para 2021. En México, el consumo durante 2020 creció entre un 5 y 10% por ciento durante la pandemia de COVID-19, según datos de la Asociación Nacional de la Industria de Productos Alimenticios (Anaisa).

Los más buscados

Los complementos nutricionales, mejor conocidos como suplementos dietéticos, son productos que poseen "ingredientes alimenticios" para ayudar al organismo a obtener sustancias vitales. Como su nombre lo indica, son complementos para una dieta saludable, pero nunca deberían funcionar como sustitutos.

Entre los ingredientes alimenticios que componen los suplementos se puede encontrar aminoácidos, enzimas, hierbas, minerales o vitaminas. Un estudio publicado en Nutrients halló que los suplementos dietéticos más populares según las búsquedas en Google en todo el mundo son, en este orden: Magnesio, Proteína, Hierro, Calcio, Vitamina D, Potasio, Cobalamina (nutriente del complejo de la vitamina B), Vitamina C, y Ácidos grasos Omega 3.

Otras opciones con gran incidencia son ajo, ácido fólico, equinácea, ginkgo, ginseng, glucosamina, hierba de San Juan y té verde. Todos estos suplementos dietéticos se comercializan.

Promesas riesgosas

Los suplementos dietéticos no responden a las mismas reglamentaciones que los medicamentos. Mientras los productos farmacéuticos se someten a pruebas exhaustivas para demostrar que son eficaces y seguros antes de que puedan salir a la venta, los suplementos dietéticos se pueden vender sin pruebas de eficacia o seguridad.

Los fabricantes de suplementos pueden afirmar que sus productos “mejoran la salud”, a pesar de la escasez de pruebas en la mayoría de los casos. Si bien, por lo general, no se pueden comercializar como tratamientos, o productos que previenen, alivian o curan enfermedades, es común que se vean acompañados por mensajes prometedores de beneficios inmediatos. En un estudio de 2020 publicado en la revista médica BMJ Open, los investigadores encontraron que aunque las personas que tomaron suplementos que contenían todas o la mayoría de las

vitaminas y minerales populares dijeron que se sentían mejor, no fue posible hallar beneficios de salud medibles para estos consumidores.

Collage of healthy foods filled with natural vitamins

Un amplio estudio que analizó el consumo de suplementos multivitamínicos entre decenas de miles de personas encontró que no reducen el riesgo de enfermedad cardíaca, cáncer o deterioro cognitivo. Un artículo reciente de Consumer Reports, al hacer referencia a esa misma investigación, sostiene además que los adultos sanos de 50 años o más simplemente no necesitan un multivitamínico.

En otros casos, el uso de suplementos dietéticos podría causar serios problemas para la salud. Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine, encontró tras analizar datos de más de 27.000 adultos, que el consumo excesivo de calcio proveniente de los suplementos (al menos 1000 mg por día) se asoció con un mayor riesgo de muerte por cáncer.

Las advertencias sobre los suplementos dietéticos no solo se deben a que es imposible conocer con certeza qué contienen. Otros riesgos son el consumo excesivo de suplementos, para obtener mejores y más rápidos resultados; mezclar suplementos con medicamentos, y sustituir medicamentos recetados por suplementos.

Interacción con medicamentos recetados

Las personas que toman suplementos o complementos dietéticos no suelen consultarlo con el médico. Asumen que son inocuos porque la venta es libre y están disponibles en cualquier tienda o supermercado. A su vez, los médicos no siempre preguntan al paciente si toma o no suplementos. Sin embargo, los componentes de ciertos suplementos pueden interactuar con medicamentos recetados y afectar, por ejemplo, el funcionamiento del corazón:

  1. Suplementos de ajo: pueden alterar los efectos de anticoagulantes (causando sangrado), medicamentos para el colesterol (causando dolor muscular) o medicamentos para la hipertensión (causando descensos peligrosos de la presión arterial).
  2. Suplementos de arroz de levadura roja: pueden interactuar con otros medicamentos para el colesterol, causando dolor en los músculos o incluso una degradación muscular potencialmente mortal.
  3. Suplementos de L-arginina: El cuerpo generalmente produce toda la L-arginina que necesita y también la obtiene mediante alimentos como nueces, pescado, carnes rojas, granos, frijoles y productos lácteos. Es importante saber que los suplementos de L-arginina pueden interactuar con algunos medicamentos, que incluyen: anticoagulantes, como aspirina y warfarina, ciertos diuréticos, algunos medicamentos para la hipertensión, para la disfunción eréctil o para la diabetes.

Cuándo tomar suplementos

Debido a los beneficios poco claros de estos y otros suplementos herbales o minerales similares, la mayoría de los médicos recomiendan a las personas que los eviten. Sin embargo, pueden recomendar a sus pacientes suplementos específicos de vitaminas y minerales cuando las pruebas de sangre o ciertos síntomas indican una deficiencia. Algunos ejemplos:

  1. Suplementos de vitamina B12: El cuerpo necesita esta vitamina para funcionar correctamente. La deficiencia de vitamina B12 puede deberse al consumo insuficiente de la vitamina o a problemas de absorción o almacenamiento en el organismo. Existe carencia de vitamina B12 cuando no se consume ningún producto de origen animal, en el caso de los veganos, por ejemplo, a menos que se tomen suplementos. También es común que los mayores de 60 años tengan dificultades para absorber esta vitamina que se halla en carnes blancas y rojas, huevos o productos lácteos.
  2. Suplementos de vitamina D: Esta vitamina se obtiene mediante la ingesta de pescado graso, leches fortificadas o la exposición a la luz solar. Para ciertas personas puede ser difícil obtener la cantidad diaria recomendada (800 unidades internacionales o UI). En caso de encontrarse por debajo de ese nivel, un médico considera el uso de suplementos.
  3. Suplementos de hierro: La deficiencia de hierro puede anemia. Cuando no hay suficiente hierro en el torrente sanguíneo, el cuerpo no puede obtener la cantidad de oxígeno que necesita. Si bien la afección puede ser común, muchas personas no saben que tienen anemia por deficiencia de hierro. En las mujeres en edad fértil, la causa más común de anemia por deficiencia de hierro es la pérdida de hierro en la sangre debido a una menstruación abundante o al embarazo. Los médicos normalmente tratan la afección con suplementos de hierro o cambios en la dieta.

"Una dieta bien balanceada rica en alimentos integrales que incluyen frutas, vegetales, pescado, aceite de oliva y frutos secos anula la necesidad de cualquier suplemento”, afirma el doctor Pieter Cohen, profesor asociado de medicina en la Escuela de Medicina Harvard. En caso de que aún se desee consumir estos productos, sugiere estas recomendaciones:

  • Preferir suplementos de un solo ingrediente. En los productos con múltiples componentes es imposible determinar qué sustancia está teniendo un efecto, ya sea bueno o malo. Además, es más probable que los productos combinados estén adulterados con sustancias o drogas no declaradas o prohibidas.
  • Buscar en las etiquetas sellos de aprobación de organizaciones que hayan verificado la identidad, calidad, fuerza y pureza de los suplementos.
  • Informar siempre al médico sobre cualquier suplemento, para que pueda verificar si un ingrediente en particular interactúa con alguno de los medicamentos que la persona esté tomando.

Los beneficios de algunos suplementos se obtienen cuando el uso es correcto y cuenta con el control de un profesional de la salud.

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