Golpes que pueden cambiarte la vida

18 jun. 2019

Golpes que pueden cambiarte la vida

La lesión cerebral es más común de lo que pensamos. Ser golpeado por otra persona u objeto en la cabeza es la causa principal de lesiones no intencionales entre adolescentes y adultos jóvenes de 15 a 24 años.  Las conmociones cerebrales relacionadas con el deporte son un factor importante. Pero no crea que esto solo le pasa a los niños que juegan al fútbol. Las niñas en realidad sufren un mayor porcentaje de lesiones cerebrales, según un informe de Safe Kids Worldwide que analizó los casos de jugadoras de baloncesto, porristas y de 11 deportes más que llegan a las salas de emergencia.

Miles de personas de todas las edades sufren conmociones cerebrales severas cada año, la mayoría ocurre durante actividades deportivas. Sin embargo, es común que se subestimen ignorando las secuelas que pueden dejar a lo largo del tiempo o para toda la vida. El peligro no solo existe en deportes de contacto, como el fútbol americano el soccer. Jugar o correr en un parque, andar en bicicleta también nos expone al riesgo de un golpe serio en la cabeza, muchas veces por falta de prevención.

Una encuesta realizada por el Hospital de Niños CS Mott de la Universidad de Michigan,  a finales de mayo, preguntó a los padres de niños de 4 a 13 años sobre las reglas de seguridad cuando sus hijos transitan en bicicleta, patinetas y scooters.  Solo el 59 por ciento de los padres respondió que su hijo usaba un casco para transitar en bicicleta, mientras que el porcentaje entre usuarios de patinetas y scooters fue más bajo, cerca del 40 por ciento.

¿Qué es una conmoción?

Una conmoción es un tipo de lesión cerebral traumática de menor o mayor gravedad. Ocurre por un golpe en la cabeza o cuando un cuerpo golpea la cabeza y hace que se mueva violentamente hacia adelante y hacia atrás. La lesión implica una breve pérdida de la función cerebral normal porque el órgano se golpea contra el cráneo. El impacto también puede dañar células de la región.

Soccer players, one in a red shirt carries the ball and another in a green shirt tries to take it off
two women playing football, one lunges to catch the ball while the other tries to take it away

Las lesiones cerebrales traumáticas asociadas a los deportes son las más comunes. El Centro de Investigación sobre Trauma Cerebral de la Universidad de Pittsburgh estima que, en los Estados Unidos,  más de 62,000 conmociones cerebrales ocurren cada año en los deportes de contacto solo en la escuela secundaria; el 34% de los jugadores de fútbol americano universitario ha tenido una,  y el 20% ha sufrido múltiples conmociones. La proyección es que entre 4% y 20% de los jugadores de fútbol de la universidad y de la escuela secundaria sufrirán una lesión cerebral en el transcurso de una temporada.

Los números de Protect The Brain, una organización dedicada a investigar las lesiones cerebrales, son aún más claros: 10% de todos los atletas de deportes de contacto sufren conmociones al año. Las lesiones asociadas con el fútbol ocurren a una tasa de uno en cada 5.5 juegos. El 5% de los futbolistas sufren lesiones cerebrales, y un atleta que sufre una conmoción cerebral tiene de 4 a 6 veces más probabilidades de sufrir una segunda conmoción.

Cuáles pueden ser las secuelas

Cuando una persona recibe un impacto fuerte en la cabeza puede sentir aturdimiento, dolor de cabeza, náuseas, zumbidos en los oídos, mareos, cansancio, ojos vidriosos y olvidos. No hay un cuadro definitivo, ya que cada caso evoluciona de forma diferente. En ocasiones, parecen aliviarse pronto, aunque la realidad sea otra.

En algunos casos, los efectos pueden persistir durante meses y años. Este cuadro se conoce como síndrome post-conmoción cerebral y la Asociación Americana de Neurocirujanos (AANS, por su sigla en inglés) enumera entre sus síntomas problemas de memoria y concentración, cambios de personalidad, dolores de cabeza, fatiga, pérdida del equilibrio, insomnio y somnolencia excesiva.

Quienes padecen de este síndrome deben evitar las actividades que los pongan en riesgo de sufrir otra lesión y sufrir el síndrome del segundo impacto, es decir, que se produzca una inflamación cerebral aguda, a menudo mortal, a causa de una segunda conmoción cerebral antes de que la primera sanara.

El segundo impacto además puede llevar a la congestión vascular y al aumento de la presión intracraneal, efectos que pueden ocurrir muy rápidamente y llegar a imposibles de controlar. Los CDC reportan un promedio de 1.5 muertes al año por conmoción cerebral deportiva; en la mayoría de estas muertes hubo una conmoción cerebral previa y no fue diagnosticada.

black and white silhouette of children riding their bikes with helmets on

Conmoción cerebral y suicidio

Nuevas investigaciones han profundizado aún más en las posibles secuelas. En 2016 expertos del Instituto de Ciencias de la Evaluación Clínica de Toronto, Canadá, encontraron que las personas que sufren una conmoción cerebral podrían tener tres veces más probabilidades de suicidarse. Estos resultados indican que los seres queridos y los médicos deben vigilar de cerca a cualquiera que haya sufrido una conmoción, aunque haya ocurrido hace años.

El 2018 se publicó un estudio en la revista médica Neurology que mostró que una lesión cerebral traumática, incluso leve, aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Tomaron como muestra a 165,000 veteranos con antecedentes de lesiones cerebrales traumáticas, quienes tenían un mayor riesgo de padecer Parkinson, en comparación con sus pares que no habían sufrido lesiones.

Las historias recientes de antiguos futbolistas, quienes dan cuenta de síntomas tan graves como demencia, son una muestra clara del impacto. Todas las conmociones cerebrales deben recibir atención médica oportuna.

Las conmociones en los más jóvenes

Niños y adolescentes son  los más susceptibles a sufrir conmociones cerebrales porque en sus rutinas suele haber actividades deportivas, bien sea las que hacen en las escuelas o que las practiquen por su cuenta. Aunque los afectados se sienten mejor en un par de semanas, hay casos en los que las secuelas afectan su conducta y capacidad de aprender.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) es enfática al afirmar que las conmociones cerebrales deben tomarse en serio. Cualquier sospecha de lesión en niños o adolescentes (incluso en adultos) es motivo para alejarse de la práctica deportiva hasta que un médico lo autorice: es el especialista quien puede diagnosticar a través de estudios como una resonancia magnética, indicar un tratamiento y decidir cuándo se puede retomar la rutina física.

Parte del tratamiento es reducir la actividad física y mental. Se puede recomendar, además, el esfuerzo físico ligero para mejorar la recuperación y terapia a manera de rehabilitación, y esto aplica en todas las edades. Cualquier cambio en los síntomas o en el comportamiento debe informarse de inmediato al médico.

Padres y cuidadores deben tener en cuenta que quienes continúan jugando después de una lesión tienen un mayor riesgo de empeorar los síntomas. Si hay una segunda lesión durante la recuperación, lo más probable es que el nuevo impacto sea más grave.

Cómo evitar estos golpes

No se pueden prevenir los golpes en la cabeza, pero sí se puede tomar precauciones. La primera medida debe ser usar un casco y equipos de protección aprobados por la Sociedad Americana para Pruebas y Materiales (ASTM).

La ASTM tiene estándares vigorosos para equipos de protección. Estos son diseñados según las necesidades de cada deporte para brindar la máxima protección contra las lesiones en la cabeza, deben ajustarse adecuadamente y estar en buenas condiciones.

¿Quiénes deben usar casos? Aquellos que practiquen béisbol y softball (bateadores), ciclismo, fútbol, boxeo, hockey, esquí, lucha y deportes ecuestres. También quienes estén en vehículos recreativos motorizados o anden en patineta o monopatín. Muy importante: el casco se debe usar en todo momento.

En escuelas y clubes a los atletas se les debe enseñar técnicas de juego seguro y deben saber cuán importante es una lesión. Entrenadores y padres deben estar al tanto de que cuando hay un golpe en la cabeza es necesario parar el juego y enviar al afectado a recibir atención médica inmediata.

Cuando se trata de niños, se deben supervisar en todo momento (especialmente a los más chicos) y no permitirles ir a la cancha sin protección o con equipos deportivos que no sean de tu talla. Tampoco deben practicar deportes que no sean adecuados para su edad.

Incluso si no se practican deportes, hay que seguir ciertas reglas como usar el cinturón de seguridad siempre que se viaje en un automóvil. En casa, por ejemplo, se puedan retirar objetos que representen riesgo de caídas y asegurar las alfombras y los cables eléctricos sueltos.

La prevención y la atención médica a tiempo son las únicas maneras de superar una conmoción cerebral y evitar que se repitan. No se sabe cuántas conmociones son necesarias para que ocurra un daño permanente.

Fuentes:Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) – “Programa Heads Up”National Safety Council, “Injury factsSafe Kids Worldwide: “Concussions hit female athletes, too!”, National Poll on Children HealthAcademia Americana de Pediatría (AAP)Asociación Americana de Neurocirujanos (AANS)Protect The BrainHolaDoctor.com

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