28 jul. 2017

Cómo saber si padeces de Hepatitis C

La Hepatitis C (también conocida como Hep C) es un virus que causa la enfermedad del hígado que lleva el mismo nombre. ¿Cómo puedes saber si estás infectado por el virus?

Primeramente, es importante saber que hay dos tipos distintos de infecciones de Hepatitis C, aguda y crónica. En su forma aguda, los síntomas pueden ser leves y durar unas pocas semanas. En algunos casos, las personas no experimentan ningún síntoma. 

La hepatitis crónica es mucho más seria y tiene un impacto a largo plazo. Alrededor de un 20% de las 170 millones de personas que se estima que padecen del virus de Hepatitis C desarrollarán cirrosis dentro de un periodo de diez años. La cirrosis es una enfermedad en la cual el hígado produce demasiado tejido cicatrizante que previene el funcionamiento adecuado del mismo.   

Cuáles son los posibles indicadores de una infección aguda de Hepatitis C:

  • Cansancio
  • Falta de apetito
  • Ictericia
  • Orina oscura
  • Heces blancuzcas
  • Picazón extensa

El problema es que estos síntomas pueden indicar el padecimiento de muchas otras condiciones. Esto significa que estos raramente causan suficiente preocupación para enviar a las personas a visitar a sus médicos. El problema radica en que en el 50-70% de los casos la infección de Hepatitis C se vuelve crónica.

Si padeces de Hepatitis C crónica puedes experimentar hinchazón en tus piernas y puede ser que desarrolles hematomas más fácilmente. Los sangrados por la nariz y la encía también son muy comunes.   

Cómo puedes estar seguro que padeces de Hepatitis C:

La mejor forma de diagnosticar la Hepatitis C es a través de una prueba de sangre o si tu médico ya sospecha que padeces de Hepatitis C crónica, a través de una biopsia del hígado. Otra forma de mejorar las probabilidades de diagnosticar la enfermedad en su etapa inicial es estando consciente de cuáles son los factores de riesgo. Éstos incluyen:

  • Transfusiones de sangre
  • Compartir agujas y jeringuillas (usuarios de drogas)
  • Tatuajes y perforaciones o “piercings”
  • Contacto sexual
  • Transmisión de madre a hijo (no incluye lactancia)
  • Compartir cepillos de dientes o navajas
  • Historia de cirugías previas
  • Equipo médico defectuoso (pinchazo accidental)

Recuerda que éstos son simplemente algunos de los factores de riesgo.  Aún si éstos no son aplicables para ti, todavía puedes contraer el virus.  

Qué pasa si estoy infectado con el virus de Hepatitis C:

Hay diferentes maneras de tratar Hepatitis C. Muchas de las opciones implican terapia antiviral. En aproximadamente un 54% de los casos, el tratamiento elimina el virus del torrente sanguíneo del paciente. El éxito del tratamiento depende de la etapa de la enfermedad en el momento en que fue diagnosticada. Mientras más temprano se haga el diagnóstico, mejor la probabilidad de un tratamiento exitoso.

Aún, los pacientes con cirrosis responden a estas terapias. Esto les ayuda a reducir el riesgo de desarrollar cáncer del hígado o mejorar sus probabilidades de recibir un trasplante de hígado.    

Hay tratamiento disponible para controlar los síntomas de la Hepatitis C. Existen diuréticos que pueden ayudar a reducir la retención de líquido. De igual manera, las vitaminas y los medicamentos para la hipertensión pueden reducir el riesgo de sangrado excesivo.

Para obtener más información sobre la Hepatitis C, visite nuestro nuevo portal PALIGMED.

Fuente: Ochsner Health System

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